COPAHUE

Un trekking al Volcán Copahue

En abril de 2024 emprendimos un viaje de más de 1.500 kilómetros desde Buenos Aires hasta Neuquén, rumbo a la región de Caviahue-Copahue. Hacía 20 años nos habíamos enamorado de este lugar durante unas vacaciones familiares.

Al llegar, gracias a la recomendación de algunos locales, decidimos hacer un trekking hasta el cráter del Volcán Copahue, algo que no sabíamos que era posible.

Después de que la salida se reprogramara por mal tiempo, y acompañadas por un guía local, comenzamos la caminata. Había nevado el día anterior, lo que sumó un elemento inesperado al paisaje. El sendero empezó entre lengas y ñires, pero gradualmente la vegetación fue desapareciendo hasta que el paisaje se transformó en ceniza volcánica, piedra suelta y un silencio absoluto.

A medida que subiamos, el aire se espesaba con olor a azufre, mientras aparecían las primeras fumarolas. Al alcanzar el borde del cráter, nos encontramos con una escena surrealista: un cráter nevado que contrastaba con una laguna de color verde ácido.

Caminar en un cráter activo

El Copahue es uno de los pocos volcanes activos del mundo donde es posible caminar dentro del cráter. Pero no es solo saber que está activo lo llamativo, sino también su paleta de colores: el negro profundo, los amarillos intensos del azufre y la laguna, que cambia del verde esmeralda al gris lechoso.

Inspiración para la serie Copahue

Volvimos al taller con la urgencia de traducir ese paisaje en un objeto cotidiano. Así nació la serie Copahue. Creamos cuencos de cerámica de alta temperatura, con esmaltes superpuestos en el interior que recrean las variaciones minerales del cráter. El esmalte cambia sutilmente en cada horneada, haciendo que ninguna pieza sea idéntica a otra.